jueves, 19 de enero de 2012

FUENTE TETAR, SANTISTEBAN DEL PUERTO A LAS PUERTAS DE LA CIUDAD DE JAÉN

Gabriel CARRASCO HURTADO





Los Biedma, los Benavides, en definitiva los Señores de Santisteban del Puerto fueron en sus orígenes nobleza menor del norte de España al servicio de Castilla y León en el empredimiento de la recuperación y conservación de las Andalucías.
El transcurso de la baja Edad Media supuso un afianzamiento territorial y político, ya, plenamente en Andalucía, más concretamente en el Reino de Jaén y en particular en su núcleo duro jurisdiccional: El Condado de Santisteban del Puerto: La Villa de San Esteban (antigua San Esteban de Ifnatoraf, San Esteban, San Esteban del Puerto o Santisteban del Puerto), El lugar de Castellar (Castellar, Castellar de San Esteban, Castellar del Condado de San Esteban del Puerto, Castellar de Satisteban del Puerto o Castellar de Santisteban) y el Lugar de Las Navas ( Las Navas, Las Navas de San Esteban, Las Navas de Santisteban del Puerto, Las Navas de San Juan o Navas de San Juan).
Nuestro Blog tiene una vocación microhistórica y es por ello que hoy abordamos una antiquísima propiedad de estos antiguos Señores Galego-Leoneses en el Reino de Jaén: El Castillo y tierras de Fuente Tetar, un enclave de Santisteban a las puertas de la Ciudad de Jaén.
Fuente Tetar fue heredad emblemática de los Señores de Santisteban del Puerto. Probablemente la mas cercano a la Ciudad de Jaén.
Objeto habitual de nuestra contemplación, aun hoy después de siete siglos rezuma y evoca el recuerdo del primer Señor de Santisteban del Puerto: Men Rodríguez de Biedma.
Esta propiedad salió pronto de los caudales familiares de los Santisteban pues justo tres años antes de morir Men Rodríguez de Biedma IX Señor de Benavides y I Señor de Santisteban del Puerto y su cuarta esposa Doña Teresa Manrique de Lara -el 17 de febrero de 1378- la dieron en donación a la Iglesia de Jaén, Diócesis de Jaén, al objeto de que se dieran sepultura sus cuerpos a su fallecimiento en su Iglesia Catedral.
Así fue que el 14 de Marzo de 1381 se autorizó, a la muerte del Señor, las sepulturas en el pavimento de la capilla mayor de la catedral de Baeza.